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Radiografía de un Gobierno usurpador

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Por León Fredy Muñoz
Representante a la Cámara por Antioquia
Partido Alianza Verde

El dinero en el mundo moderno es odiosamente un mal necesario que se utiliza para obtener bienes y servicios, y el Presupuesto General de la Nación es una radiografía de las necesidades y prioridades que tiene nuestro país, es decir, a través del análisis de este documento se puede identificar que le interesa o no al Gobierno, en que quiere gastar.

Es indispensable, conocer como el actual Gobierno gasta nuestros recursos en la primera época de “post-pandemia”, y la realidad es que el escenario no es nada alentador.
De esta manera, es preciso comentar que lo primero que se debe hacer es no fiarse de la información que presenta de manera agregada el Ministerio de Hacienda, y es necesario revisar las cifras individuales de cada cartera para realizar un análisis imparcial, pues como lo han mencionado economistas de la talla de Jorge Iván González, la información que presenta el Gobierno no corresponde a la realidad, no coincide con el Marco Fiscal de Mediano Plazo y en general es bastante dudosa.
 
Por su parte, al revelar las cifras de educación vemos como aumenta un 6%, pero considerando la inflación realmente tendría un aumento del 3%. De su parte, el Ministerio de Educación Nacional aumenta un 3% que es anulado bajo el efecto de la inflación. Con base en esto, no se tiene certeza si este rubro cubre el clamado de los estudiantes por un año de educación superior pública gratuita, las necesidades en conectividad, sanidad, alimentación, etc, que se han generado con motivo de la pandemia.
 
De otro lado, referente a la educación para el trabajo que brinda el Servicio Nacional de Aprendizaje – Sena, la cual se ha convertido en una opción de progreso y realización para millones de colombianos, vuelve a sufrir una disminución de sus recursos en un total de 4%, aunando la inflación, lo cual estaría rondando una disminución del 7%, situación que es a todas luces ilógica, cuando el país debe estar considerando seriamente a efectos de reactivación económica invertir en formación y mano de obra capacitada.
 
El Gobierno puede rasgarse las vestiduras diciendo que es quien más ha invertido en educación, pero esto no se demuestra en las cifras ni en la realidad, pues la educación e instituciones como el SENA, no reciben la atención adecuada y por el contrario se restan los pocos recursos con los que cuentan.
 
En materia de medio ambiente no hay ningún aumento, y mientras la Amazonía arde, Colombia le disminuye alrededor del 50% de recursos a instituciones como Corpoamazonía, Corpoguajira, Corpourabá. ¿Acaso es otro descuidado deliberado o un “ecocidio” por omisión?
 
Del mismo modo, cuando ahora se habla no solo de masacres en el país, sino también de masacres laborales, se disminuye el presupuesto del Ministerio del Trabajo en un 40% aproximadamente, con lo cual, difícilmente se podrá controlar las irregularidades y violaciones a las garantías laborales que se están presentando en el marco de la pandemia, donde los más afectados son como siempre los trabajadores del país.
 
Entre tanto, el Gobierno de la economía naranja, le resta más de 20% incluida la inflación al presupuesto de este sector en cabeza del Ministerio de Cultura, no hay ningún tipo de aumento y lo más preocupante es la situación de todas las personas que se han visto afectadas y que trabajan en actividades relacionadas con esta área, a los cuales poco se les atendió y que en estos momentos encuentran una situación financiera grave, sin contar con ingresos y lamentablemente sin la ayuda esperada por parte del Gobierno.
 
Parece que tal reprochable situación continuara durante el año 2021. En un gobierno de eufemismos, si no se es un artista de un millón de dólares no le es atractivo al establecimiento público y no merece su atención, quizá porque no conciben la cultura como una opción de vida, sino como un negocio que puede ser más o menos lucrativo.
 
En lo referente al Sector del MinTIC este aumenta un 42%, un 210% referente al programa de Computadores para Educar, y un 105% en la Agencia Nacional de Gobierno Digital, siendo una constante el aumento de recursos en este sector, necesidades relacionadas con el mismo, deben ir dirigidas a atender los problemas de conectividad y acceso a internet de los sectores más vulnerables.
 
Un aumento en los recursos de este sector debe ir directamente relacionado con la oportunidad de que más hogares colombianos puedan acceder a servicios como el internet, por el aumento en la cobertura, y por la ayuda en la demanda con subsidios para garantizar este servicio público esencial en los entornos más necesitados.
 
De manera desastrosa, también se observa la reducción del presupuesto del sector de Agricultura en un 10%, disminuyendo el presupuesto de la Agencia de Desarrollo Rural en casi 40%, la Agencia Nacional de Tierras en 15%, y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural en un 6% contando la inflación. No puede existir soberanía alimentaria con una inversión, ni tampoco un país que pueda producir para exportar.
 
Claramente la ciencia y el deporte tampoco le preocupan a este Gobierno, de allí lo torpe de sus mentiras, pues el presupuesto de la Ciencia disminuye en un 35% y el del Deporte más de un 40%. ¿Cómo puede concebirse un país civilizado sin inversión en ciencia, cultura y deporte? Parece que en la actualidad esto no le preocupa a la administración, se desconoce por qué su animadversión hacía estas materias.
 
Sobre los recursos del Fonpet y las pensiones territoriales ni hablar, en las últimas 4 leyes de presupuesto y tras la creación del FOME para mitigar la emergencia económica, se dejó de recibir más de 10 billones de pesos, pero sin duda alguna la pregunta es sobre el déficit actual ¿Quién y cuándo van a pagar los recursos que se le deben al Fonpet? ¿Quién se hará cargo del pasivo pensional que están generando?
 
No obstante, no todo es malo, los acreedores internacionales estarán felices con un aumento en el pago de la deuda pública del 45%. Cuando en este momento necesitamos más inversión social, se ocurre la genial idea de pagar más recursos en deuda pública, como si hubieran de sobra o no se necesitarán en otros sectores. Un Gobierno que parece no ser ni social ni técnico, es un gobierno jugando con la vida de casi 50 millones de personas.
 
Finalmente, en contraste con todo lo anterior se puede observar el presupuesto del Ministerio de Defensa, el cual aumenta un 14% de manera general, teniendo aumentos del 107% para la Agencia Logística de las Fuerzas Militares, o 155% del fondo rotatorio de la Policía, y un 22% la Caja de Retiro de las Fuerzas Militares y el Instituto de Casas Fiscales del Ejercito.
 
De lo anterior nos preguntamos qué tanto contribuye la defensa de la nación con la crisis generada por la situación sanitaria, la ciudadanía esperaba que esta inversión se fijara en el Ministerio de Salud que, simplemente contando la inflación, tiene una inversión del 12% más al presupuesto del 2020.
 
Duele revisar las cifras y conocer como este es un Gobierno que sigue aumentando partidas para la guerra y actividades conexas, y no para educación, salud, agro, ambiente, paz, víctimas, etc. Es un Gobierno que día a día golpea al ciudadano y privilegia a los grandes empresarios. Con cifras concretas y dicho por muchos, es bien conocido que en materia de gasto público no se invierte en los sectores que debe.
 
A lo largo de los años nos hemos acostumbrado a ver como el presupuesto general de la nación ha servido para comprar más balas, carros blindados, tanques de guerra, y en general armamento bélico por encima de la inversión en educación, salud, agua potable y en general inversión social, lo que ha generado un país en guerra con pocas oportunidades de prosperar, más aún cuando se escogió como modelo de Gobierno “hacer trizas los acuerdos de paz”, lo cual han hecho de excelente manera a costa de la sangre de los más pobres y necesitados.
 
Las cifras hablan por sí mismas, son dicientes en lo que el Gobierno invierte y apuesta. Se evidencia a qué sectores le restan recursos, despreciando los sectores sociales, las iniciativas y mercado de las pymes, el agro, la ciencia, el deporte, el ambiente, la cultura y educación; sectores que en vez de tener aumentos como el de defensa, disminuyen en este tiempo donde tanto se necesita su fortalecimiento.
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