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La vacuna del COVID-19 no da espera

La frase que dio la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez sobre la vacunación contra el COVID-19 no tiene cabida en este instante. No podemos permitirnos respuestas como la de “tenemos que tener un poco de paciencia en la vacunación” la pérdida de vidas humanas es irreparable.

Es claro que la situación actual que ha traído la pandemia del COVID-19, viene incluida con grandes retos para los gobiernos actuales. Creemos que es indispensable circunscribir en el plan de vacunación, tres elementos claves: transparencia, logística y democracia.

En primer lugar, el plan de vacunación para Colombia, debería ser totalmente transparente para garantizar la cero corrupción a la hora de comprar y negociar el medicamento y al momento de iniciar la vacunación en los ciudadanos. En este primer punto, creemos que no hay claridad en el proceso y es necesario tener la capacidad de divulgar la información completa sobre el plan de vacunación y toda su logística.

Inicialmente, el Gobierno Nacional planteó un proceso de tres etapas, pero, hasta el momento no es claro cuándo iniciará. En las últimas declaraciones se confirmó que en marzo llegarán las primeras vacunas cuando ya se había dicho que la vacunación iniciaría en enero.

Además, se han hecho diferentes publicaciones en las que se denuncia que Colombia compró el medicamento por un precio superior al de otros países. En este caso, el Gobierno Nacional pagó por unidad de la vacuna Pfizer $72.400 pesos, cuando los precios de la vacuna en EE.UU. están a 10 dólares la unidad, lo que actualmente son $35.994.
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A este tema, se suma la propuesta de que empresas privadas y gobiernos territoriales tengan la posibilidad de comprar vacunas contra el COVID-19 que estén aprobadas por el Invima para el segundo semestre del año. Pero, ¿esto no podría dar paso a aumentos injustos al precio de la vacuna para la población? ¿Acaso el Gobierno Nacional presentará un plan de regulación de los precios de este medicamento que en estos momentos es esencial?

Por otro lado, es clave incluir en el plan de vacunación la logística y sus pormenores. Es menester resaltar que, la llegada de las vacunas no significa poder usarlas inmediatamente. Para la vacuna Pfizer -que es la que hasta el momento la que se tiene negociada- es obligatorio el almacenamiento en estado de congelamiento ya que así se garantiza su cuidado y eficacia de la dosis. Pero, hasta lo que se conoce, el Gobierno Nacional compró 44 ultracongeladores que estarán ubicados únicamente en las ciudades principales del país.

El reto entonces es mayor; garantizar que el medicamento llegue a todos los territorios del país sin pérdidas ni contratiempos. Y, lamentablemente, en estos momentos es claro que el sistema de salud no tiene ni la infraestructura ni la cubertura para cumplir dicho objetivo.

Entonces, ¿cómo se garantizará que toda la población tenga acceso a la vacuna? Las etapas que plantea el Gobierno Nacional, que parecen ambiguas y sin un plan claro, sólo especifica cuál es la población principal que debe tener la vacuna en la primera fase que se llevará a cabo durante el 2021. Pero, ¿cuándo empieza esa fase? ¿cuáles son las fechas para cada una de las etapas?

Es clave que todo este proceso sea democrático, no se puede dejar a la población con miles de dudas sobre el proceso de vacunación. Es indispensable ser transparentes y dar todos los detalles sobre este medicamento que se convierte en esencial en esta etapa de la pandemia. No pueden seguir muriendo más personas por la falta de planeación y eficacia por parte del Gobierno Nacional y tampoco podemos seguir recibiendo respuestas como “tenemos que tener paciencia”.
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