fbpx

Un homenaje a la vida de Juana Perea

No podría ser un momento más lúgubre para Colombia. La pérdida de la activista ambientalista Juana Perea a manos de asesinos nos indigna como sociedad. Su vida al rededor de la defensa del Chocó; de sus bastos recursos naturales y humanos, así como su lucha contra la construcción del puerto de Tribugá, la pusieron en el ojo del huracán violento en que se ha visto envuelto Colombia de nuevo.
Juana Perea hablaba con entereza, y su lucha e ideas traspasaban la frontera de Nuquí, Chocó, lugar en el que habitaba hace un tiempo y en donde lamentablemente fue encontrado su cuerpo a orillas del mar con un balazo en su cabeza. Lamentamos profundamente que su voz haya sido apagada de manera violenta, a manos de cobardes que empuñan un arma para accionarla contra quienes luchan por una mejor sociedad.

Como Partido político, hemos insistido en la necesidad de que el Gobierno Nacional actúe de manera inmediata para salvaguardar la vida de activistas, líderes sociales y ambientales o cualquier ciudadano que ejerza trabajo social en las regiones. Hemos acudido a los Verdes en el mundo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y organizaciones internacionales, para que levanten su voz y evidencien la inactividad y poco interés de este Gobierno para proteger la vida de los Colombianos.

Como Partido político, hemos insistido en la necesidad de que el Gobierno Nacional actúe de manera inmediata para salvaguardar la vida de activistas, líderes sociales y ambientales o cualquier ciudadano que ejerza trabajo social en las regiones. Hemos acudido a los Verdes en el mundo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y organizaciones internacionales, para que levanten su voz y evidencien la inactividad y poco interés de este Gobierno para proteger la vida de los Colombianos.
 
Esta es una pérdida irreparable, así como las muertes que han dejado las 70 masacres que se han perpetuado en Colombia en lo que va corrido del año, sin respuesta alguna por parte del Presidente Iván Duque y las autoridades.
 
¡Auxilio comunidad internacional, nos están matando! La vida es sagrada.
Imprimir