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“Robarse la plata de la salud es casi un delito de lesa humanidad”: senador Juan Luis Castro

El Espectador entrevista al Senador Juan Luis Castro de la Alianza Verde sobre su propuesta de consulta popular para reformar la salud en el país.
 
El senador trabaja en una consulta popular para reformar a fondo el sistema de salud. Propone mejorar las condiciones del personal del sector, priorizar la prevención de enfermedades y acabar con la intermediación de las EPS, entre otros puntos.
Ha sido muy difícil lograr cambios integrales en el sistema de salud a través del Congreso de la República. A pesar de la cobertura que hoy existe en el país, no es difícil encontrar testimonios que evidencian las fallas en el sistema y que indignan a los ciudadanos. Las demoras para la atención, la tramitología para acceder a tratamientos, el llamado “paseo de la muerte”, en donde un enfermo transita toda una ciudad -o varias- en busca de atención médica o las autorizaciones que llegan cuando los pacientes ya han muerto son ejemplo de que algo no funciona.
 
Con este panorama, el senador Juan Luis Castro, de la Alianza Verde y médico de profesión, plantea la realización de una consulta popular para que los colombianos voten en las urnas y les ordenen al Congreso y al Gobierno reformar varios aspectos del sistema de salud. En diálogo con El Espectador, Castro explica cuáles son los ejes transversales de una propuesta que se prevé sea presentada ante la Registraduría en enero de 2021.¿Por qué hacer la transformación del sistema de salud a través de una consulta popular?
 
Esto lo venimos pensando hace 19 meses, desde abril del año pasado, y surgió por las dificultades que he experimentado desde el Congreso para generar cambios profundos. Tampoco el Ejecutivo tiene interés en cambiar el sistema ante problemas que afectan a los colombianos desde hace casi tres décadas. Muchos proyectos de ley no han salido adelante y empezamos a construir la posibilidad de hacer la reforma a la salud por esta vía. El año pasado presentamos un paquete de medidas, pero todo es muy lento y muchas iniciativas no representan soluciones integrales. Hemos hablado con gente del sector para impulsar una consulta popular para intentar, desde la ciudadanía y a raíz de la pandemia, cambiar lo que está mal.
 
¿Cuáles serían los puntos que tendría esa consulta? Este es un sistema que necesita que la gente se enferme para funcionar. Todo el modelo está basado en la curación de la enfermedad, y se lucra de ella. Un sistema así hay que cambiarlo. El sistema está por fuera de la vida cotidiana de las personas y solo se encuentra con la gente en el hospital, en urgencias o en un control anual de rigor.
 
Siempre se ha manejado la tesis, en muchos sectores, que tener acceso a la salud es casi un privilegio...Sí, lo que es un derecho se convirtió en un lujo y la calidad de la atención depende de la EPS a la que se esté afiliado. Quienes se sienten bien con el sistema son los que consultan médicos privados o costean una prepagada. Por otra parte, hay una explotación laboral y los trabajadores no cuentan con seguridad contractual, salarial, emocional ni física, y las tercerizaciones y las órdenes de prestación del servicio (OPS) están a la orden del día. La Misión Médica es atacada en las regiones. Es un desastre.
 
Pero eso que menciona de las tercerizaciones y las OPS también tiene que ver con los recursos destinados a la salud...El presupuesto a la salud se ha vuelto limosna, siempre son recursos que sobran de las demás carteras y lo poco que asignan no alcanza para cubrir las obligaciones. Esa plata la manosean de todas las formas. Las EPS se enriquecen a costillas de la salud, cada peso que se pierde en la administración de recursos le cierra las puertas a un ciudadano. 
 
Son más las EPS en números rojos, y eso lo terminamos pagando todo. Aquí llegan, cogen la plata, no hacen el trabajo bien, se endeudan por malos manejos y lo pagan los colombianos.
 
¿Cuál es la propuesta para las EPS que contendría la consulta popular? Tenemos que acabar con la intermediación maligna de las EPS. Tenemos que buscar la manera o de restringirla o de quitarla. Lo grave es que la intermediación con los recursos de la salud genera muchos problemas al sistema y a la gente. Si bien los hospitales y las clínicas terminan perjudicados cuando no les pagan, la gente es la que no tiene acceso y no puede ver al médico, a la que no le aprueban los tratamientos. Además, hay muchas modalidades de robos en el sistema de salud, y quienes los hacen salen campantes porque saben con antelación que la pena más fuerte es una casa por cárcel, y ese robo se volvió un deporte. Las penas que hay para las ratas de la salud son que se vayan a la casa a dormir, esperan dos años y salen ricos.
 
¿Se plantea un endurecimiento de las penas para la corrupción con dineros de la salud? Claro que sí, no tiene por qué ser fácil robarse plata de la salud. No quiero que suene a populismo, pero robarse la plata de la salud es casi un delito de lesa humanidad. Si usted se roba la plata de la salud y eso les cuesta a miles de personas la posibilidad de acceder al servicio, quiere decir que termina matando gente de manera indirecta. Por esa lógica del sistema de salud, por ejemplo, no hay promoción de la salud y la prevención de las enfermedades. La salud pública es enfermarse y disponer de un hospital, pero tiene que haber una promoción y prevención. ¿Cuál fue el enfoque frente al coronavirus? Comprar unidades de cuidados intensivos, que es lo último a lo que se acude. Cuando a usted lo tienen que conectar a un respirador es porque ya se va a morir y eso es costosísimo. El enfoque debió ser evitar que la gente se infecte.
 
¿Esos son los puntos que tendrá la consulta? No tanto los puntos, sino los temas. De alguna manera hemos mirado que hay cosas que se deben cambiar, como la explotación laboral, el enfoque de que la gente se tenga que enfermar para que funcione, acabar con el paseo de la muerte y que la salud sea un lujo.
 
¿Será un ejercicio parecido al de la consulta anticorrupción de 2018? Podría ser. Es una consulta popular, es el mismo mecanismo. ¿Cuándo se espera tener las preguntas por las que la gente votará sí o no? Ya estamos definiendo las preguntas y aspiramos a que en la última semana de enero estén listas. Ahí arranca la inscripción del comité promotor y las firmas se empezarán a recolectar en febrero.
 
En términos de tiempo, ¿en qué fecha esperan tener las firmas y llevarlas a la Registraduría? Esperamos que en agosto o septiembre ya entreguemos las firmas. Ya tocaría que la Registraduría fije una fecha. ¿Pero podría hacerse para un día antes o después de las elecciones de 2022?
 
No sabría decirlo. Podría ser en diciembre del próximo año o con las presidenciales. Cuando sea lo más conveniente y no generar suspicacias, porque no voy a ser candidato presidencial, esta es una iniciativa ciudadana y no quiero que se vaya a entender como un proceso electorero.
 
Se sabe que desde el Gobierno y el Congreso es muy difícil reformar de fondo el sistema de salud, ¿por qué cree que ha sido tan complicado hacerlo por vía legislativa? Porque hay muchos intereses de por medio y mucho desconocimiento. Para nadie es un secreto que hay muchos intereses detrás de las EPS y eso dificulta la posibilidad de cambiar. Eso hace muy complejas las reformas al sistema.

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