fbpx

La soledad del poder: a Patricia Ariza y Laura Gil

Image
Rocío Pineda
Comisión de Género
Alianza Verde

Difícil momento han vivido en estos días la exministra de Cultura, Patricia Ariza, y la exviceministra de Relaciones Exteriores, Laura Gil, por su despido del gobierno nacional. Además de abrupto, su despido careció de la llamada delicadeza humana o inteligencia emocional o mínima consideración con la persona. Lo cortés no quita lo valiente, dice el refrán, por más autoridad que tenga el presidente de la República para sacarlas por la puerta de atrás.
 
Ambas cumplieron con responsabilidad y profesionalismo la misión encomendada, e imprimieron a su corta gestión ministerial una ética pública a toda prueba y un sello novedoso dadas sus trayectorias de mujeres librepensadoras, profesionales, académicas, políticas y feministas.
 
Decía Patricia Ariza al presidente Petro, en una carta abierta del 7 de marzo de 2023, que solo le veía en los consejos ministeriales dando a entender que nunca pudo tomarse un café con el jefe de gobierno.
 
Esto sugiere falta de comunicación oportuna y empática por parte de quien dirige los destinos del gobierno colombiano y lidera un equipo de alta responsabilidad política. Lástima que la gestión desarrollada por la ministra en tan corto tiempo tenga que conocerla el presidente en una carta pública. Pierde el país y pierde Gustavo Petro.
Lo mismo ocurrió con la saliente viceministra de Relaciones Exteriores Laura Gil, quien en plena misión diplomática -liderando la Comisión de Estupefacientes de ONU en Viena- recibió la noticia de su despido de la Cancillería el pasado 14 de marzo. Ser más equívocos es imposible.
 
Pareciera entonces un estilo de gobernar impositivo en las relaciones del equipo de gobierno, cuando lo que debería predominar serían relaciones de cooperación, empatía, cuidado y relaciones de pares entre quienes dedican las mejores horas y las más extensas jornadas de trabajo al cumplimiento de los compromisos del alto gobierno, máxime en un gobierno de tanta controversia y oposición.
 
La inteligencia emocional, una de las inteligencias que integran el coeficiente intelectual de las personas, según el psicólogo Daniel Goleman consiste en la capacidad y habilidades del mejor manejo de las emociones propias y ajenas en la interrelación humana.
 
Hoy, la inteligencia emocional juega un papel importante en los perfiles de quienes aspiran a puestos de liderazgo. El autoritarismo es una vieja práctica llamada a desaparecer, en especial a la hora de elegir a quienes nos gobiernan.
 
Los estudios de género explican el ordenamiento desigual de relaciones de género (poder) predominantes, como un sistema sociocultural y económico de dominación masculina que impone una visión autoritaria y jerárquica del poder, que además de sobrevalorar la inteligencia racional sobre otras inteligencias humanas, desprecia el cuidado del otro.
De ahí, el desprecio y subvaloración del cuidado en la relación humana son vehiculizados principalmente por las mujeres en el entramado de relaciones sociales, donde infortunadamente predomina la visión androcrática del ejercicio del poder. Otro día hablaremos del significado de la nueva presencia de las mujeres en los altos cargos de dirección del Estado más allá de la paridad cuantitativa.
 
Quedan entonces truncos para el país: el camino de “la transformación cultural para la paz y el cuidado de la vida” echado a andar por la saliente ministra Patricia Ariza y el de “una política exterior feminista con liderazgo del país en temas de género” liderado por la también ya exviceministra Laura Gil, contemplados en el Plan de Desarrollo “Colombia Potencia Mundial de la Vida” donde las visiones de las altas funcionarias quedaron plasmados.
 
Adenda 1. Me sumo al comunicado público firmado por cientos de organizaciones, grupos y plataformas de mujeres, y el largo listado de líderes destacadas, quienes protestan por el despido despiadado de la ministra y viceministra.
 
A ellas buen viento y buena mar. Al presidente Petro y al canciller Leyva: ojalá nunca más repitan esta historia de machismo institucional que incluyó a la entonces ministra del Deporte María Isabel Urrutia.
 
Adenda 2. Otra fue la conducta con el también despedido Ministro de Educación Alejandro Gaviria.
¡INFORMACIÓN IMPORTANTE!
Este espacio de comunicación no representa necesariamente la posición del Partido Alianza Verde frente a los temas publicados, por eso, cada publicación cuenta con la foto del autor más un correo de contacto para que envíen su retroalimentación al creador del texto.

Imprimir