Hace 29 años, el número de mujeres en cargos de elección popular y en puestos de dirección públicos era de un 11%, para el 2022 esta representación llegó a un 26% según un informe de ONU mujeres realizado el mismo año.
Actualmente, la representatividad del género femenino en el Senado y la Cámara aumentó un 8,8% en comparación al periodo legislativo anterior que contaba con una participación de mujeres de aproximadamente un 20%.
Hoy, las mujeres en Colombia, hemos lograr ganar espacios a pulso para tener participación e incidencia, han sido luchas incansables por los derechos sociales, económicos, políticos, por el reconocimiento de la importancia de nuestro papel en la sociedad. Hemos tenido que superar procesos difíciles, donde cada una saca sus fuerzas entrañables para lograr ser tenidas en cuenta.
Por eso, quiero contar mi historia. En mi proceso para ser hoy la concejal más joven del departamento del Meta con 18 años, puedo decir que me sentí caer en momentos, donde la idea de lograr tener una credencial se miraba lejana.
A pesar de ello, siempre mantuve la esperanza, las fuerzas y las ganas, de luchar por mis ideales hasta el fin. Uno de las problemáticas principales que he descubierto es que desigualdad de género era algo más que una desventaja. Pero, también, se convirtió en una motivación para demostrar que las mujeres, somos algo más que una cuota de género obligatoria.
Ahí decidí que mi éxito dependía de mi comunidad así que, caminado junto a las personas, escuchándolas y acompañando a la comunidad logramos victoria. Ser concejal con 18 años ya no era una ilusión sino una realidad, ser la única concejala de la corporación me deja en claro que esta lucha continúa, hoy mi ejercicio político se centra en mantener la batalla por todas, por velar, cuidar y proteger nuestros derechos.
¡Es mi deber demostrar que nosotras somos la FUERZA!
